"El 'indagador' se acercó respetuosamente al 'discípulo' y le preguntó «¿Cuál es el sentido de la vida humana?».
El 'discípulo' consultó las palabras escritas de su 'maestro' y, lleno de confianza, respondió con las palabras del propio 'maestro': «La vida humana no es sino la expresión de la exuberancia de Dios».
Cuando el 'indagador' se encontró con el 'maestro' en persona, le hizo la misma pregunta; y el 'maestro' le dijo: «No lo sé».
El 'indagador' dice: «No lo sé». Lo cual exige honradez.». El 'maestro' dice: «No lo sé». Lo cual requiere tener una mente mística capaz de saberlo todo a través del no-saber.
El 'discípulo' dice: «Yo lo sé». Lo cual requiere ignorancia, disfrazada de conocimiento prestado.»
Anthony De Mello
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"Todo tu esfuerzo debe centrarse en la lengua, hasta que comiences a acostumbrarte a la Oración.» La trascendencia dada aquí al poder de la palabra hablada es realmente llamativa.
Como nos dice San Juan Clímaco: «Lucha por elevarte, o mejor, por encerrar tu pensamiento dentro de las palabras de tu oración.»
Pero, por supuesto, nunca pensamos exclusivamente en las palabras por sí solas: siempre somos conscientes también de la persona de Jesús a quien nuestras palabras invocan.
La oración del corazón, cuando y si se concede, llega como el regalo gratuito de Dios, que él otorga cuando desea. No es el efecto inevitable de alguna técnica.»
Como nos dice San Juan Clímaco: «Lucha por elevarte, o mejor, por encerrar tu pensamiento dentro de las palabras de tu oración.»
Pero, por supuesto, nunca pensamos exclusivamente en las palabras por sí solas: siempre somos conscientes también de la persona de Jesús a quien nuestras palabras invocan.
La oración del corazón, cuando y si se concede, llega como el regalo gratuito de Dios, que él otorga cuando desea. No es el efecto inevitable de alguna técnica.»
Kallistos Ware-El poder del Nombre
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