miércoles, 28 de junio de 2017

Guía diaria para acompañarnos en el camino



«¿Cómo se reconoce a la persona iluminada?»

«Porque, habiendo visto el mal como mal, la persona iluminada no puede hacerlo», dijo el Maestro. Y añadió: «Tampoco puede ser tentada. Si lo es, se trata de un impostor».

Y contó la historia de un contrabandista que, huyendo de la policía, pidió a un monje con fama de santo que le escondiera la mercancía, porque, dada su reputación, nadie sospecharía de él.

El monje se irguió indignado y ordenó al tipo que abandonara el monasterio al instante.

«¡Te daré cien mil dólares por el favor!», le dijo el contrabandista.

El monje dudó ligeramente antes de negarse.

«¡Doscientos mil. . .!»

Pero el monje volvió a rechazar la oferta.

«¡Quinientos mil!»

¡Entonces el monje esgrimió amenazante un grueso bastón y le gritó:

«Marcha de aquí ahora mismo: estás acercándote demasiado a mi precio!».

Anthony De Mello






***














"Esta tentación lleva a tratar de compaginar la voluntad de Dios con el estilo del mundo, dándole la prioridad a éste sobre aquélla. De este modo, se afirma que «todo es oración» o que «el servicio a los demás es oración» y, por tanto, suple a la oración. 


El resultado es la renuncia efectiva a la vida interior en aras de una actividad indiscriminada que aleja de la vocación contemplativa y hace imposible la misión.


Si la tentación de calificar como oración cualquier actividad no surte efecto, el tentador sugerirá que se hagan compatibles los dos estilos de vida, haciéndonos creer que podemos lograr vivirlos a la vez. 


El resultado es un intento de mantener la profundidad de la vida interior a la vez que aceptamos como misión la constante dispersión en tareas y urgencias que se abrazan sin discernimiento espiritual.»


Fundamentos-Contemplativos en el mundo


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